lunes, 11 de enero de 2016

Origen de la expresión "Tener buen (o mal) humor"

Entendemos por estar de buen o mal humor a la predisposición en nuestro comportamiento para estar alegre y mostrar complacencia o ser negativo y mostrarse irritado respectivamente. También podemos usar los giros: "tener un humor de mil demonios", "estar de un humor de perros" y similares, para expresar, en este caso, enfado más o menos duradero. Por ejemplo: "A Enrique no le concedieron el aumento de sueldo y lleva todo el día con un humor de perros".

Desde los tiempos de griegos y romanos hasta la llegada de la medicina moderna (mediados Siglo XIX) se adaptó la llamada "teoría de los cuatro humores", la cual mantiene que el cuerpo humano está compuesto por cuatro sustancias llamadas humores (líquidos): bilis, bilis negra, sangre y flema. Según esta teoría, la variación de estos líquidos modificaba el estado de ánimo y la salud de las personas y estos cambios de producían por la alimentación y la actividad de cada individuo.
Los estudiosos de esta teoría mantenían que las personas que tenían mucha sangre eran más propensas a la sociabilización, las que tenían flema eran calmadas, las de la bilis eran coléricas  y finalmente las personas con elevados índices de  bilis negra destacaban por su melancolía. Para equilibrar los humores y sanar a la gente se realizaban sangrados, cortes en diferentes zonas corporales, se aplicaban ungüentos, ingesta de hierbas, etc.

De aquella teoría se generó dicha expresión, en función de si el humor tenía una influencia negativa o positiva en las personas y con el significado conocido ha llegado a nuestros días.

Diferentes arquetipos según los humores.